Tu aroma se impregna en la piel,
y se aferra a una eterna mampara de recuerdos.
Ella llora. Ella ríe y llora,
no recuerda la última vez que dijiste un
"Te quiero"
mirando a sus ojos.
Y le gustaría volver a sentir ese calor frenético,
ese que sale de tus poros y se dispersa en el aire.
El ambiente huele a salvaje;
Sonríe.
Sabe que eres tú.
El único con ese carisma bestial y retorcido,
sonrisa sarcástica.
La fuerza tan característica de tus brazos,
esa que sin dañar, protege,
y que sin ser despreocupada, es espontánea.
Ella te ama.
Mucho más de lo que una palabra puede demostrar,
es más que una simple expresión,
pero su mente la engaña,
porque no estás aquí.
Lina.