Please call me only if you're coming home.

Tyler corrió por la acera sin miedo. Con los ojos inyectados en odio y sin menor escrúpulo, empujó a todo aquel que se cruzara en su camino. Sabía a dónde iba, pero no estaba seguro de lo que haría, por lo que avanzaba lo más rápido que le daban sus piernas, antes que su mente hiciera contacto y comenzara a recobrar la cordura. Es cierto, entonces, que los peores actos se cometen cuando estás al borde de la locura.

Thomas corría detrás de él, junto con Hunter, el perro pastor alemán. Intentaban alcanzarlo, pero a cada corto paso que daban, Tyler se alejaba más y más de ellos.

Algunas veces Thomas creía que Tyler "Rod" Row estaba loco, o muy drogado, o era más maniático de lo que su propia persona podía soportar; e intentaba justificar los modos de su amigo con la excusa de "La difícil vida que le ha tocado vivir", pero esto rayaba en lo absurdo, en lo categóricamente imbécil. Rod era un imbécil.

Llegaron trotando al borde de la bahía. Rod se detuvo en la última tabla del muelle, mirando la profundidad del océano. Suspiró y cerró los ojos, sabía que si miraba hacia atrás todo se iría a la mierda, y fallaría una vez más. Thomas y Hunter llegaron un instante más tarde, y cuando cesaron la monumental carrera, Rod ya no estaba. "Dios, llegamos tarde" -Exclamó Thomas, y el perro dejó salir un aullido desgarrador. Thom tenía los ojos desorbitados de pánico, y el pecho estrujado de tanto dolor, al ver perdido para siempre a su mejor amigo en la infinidad del mar.

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Una semana había pasado ya. La casona estaba vacía, no del todo, pero sin Rod era igual a estar en un inmenso salón sin ninguna persona más que tu propio reflejo. Hunter daba lastimeros gemidos y no despegada ojo de la puerta, todavía creía fervientemente en que Rod Row volvería a aparecerse con su particular cabello negro y ojos pardos por esos lares.

"El no volverá" Le decía Thomas a Hunter, y él gruñía furibundo, como si por un instante él pudiera entenderle cada palabra que su boca emitía. A veces le hubiese gustado sentarse junto al perro y esperar a Rod en la puerta, pero debía mantenerse fuerte y comenzar a planear en una excusa que decirle a Lyn, la del trabajo de Rod, cuando ella preguntara por su inasistencia. "Se mató en la bahía" Eso no sonaba muy delicado. Habría que trabajarlo.

Hunter se levantó a eso de las 4 de la madrugada, estaba oscuro y hacía calor para ser de noche (Eso era lo bueno de California: No hacía frío y podía vivir tranquilamente a la intemperie durante todo el año), a hacer sus necesidades caninas, seguramente (Rod le había enseñado a mear afuera). Y luego de cortos minutos comenzó a ladrar sin explicación. Thomas se levantó de un salto y corrió al exterior, hacia la calle, y vio un hombre tambaleándose y debilucho; frágil como él solo, y parecía ebrio o colocado. Caminó cauteloso hacia la misteriosa persona, y preguntó por su identidad. El hombre contestó "Nos conocemos" con voz ronca, y sonrió mientras se le tiraba en los brazos a un atónito Thomas. "Te he extrañado, Thomy" Dijo el hombre, y Thomas lo examinó con cuidado, hasta que dio con la paloma roja que colgaba orgullosa de su cuello. "¡Rod!" Exclamó, y correspondió el fraternal abrazo. "¡¿Dónde te habías metido, pedazo de idiota?!" -Thomas bramó con furia luego de aquel cariñoso momento, y Rod rió. "Calma, ya te explicaré, pero primero déjame entrar, estoy horriblemente mareado". Rod se apoyó en Hunter, que lo arrastró en su lomo hasta el camino que llevaba a la casa. "Estás ebrio" -Acusó Thomas. Rod no lo miró, pero con tono irónico respondió : "Ebrio no, drogado. Conseguí lubricante de autos a un muy buen precio en Berkeley". Y no dijo nada más.

Entraron, y Rod sacó un par de cervezas de la pequeña nevera toscamente conectada en un rincón. "Ahora -Tosió un poco- tú quieres que te explique porqué estoy aquí... O mejor dicho, cómo llegué aquí. Es complicado de explicar el motivo que me llevó a tal perdida de cordura, pero intentaré justificarme de la forma más sencilla posible;y espero que me escuches con toda calma y sin juzgar hasta que termine. ¿Entendido?" -Thomas asintió- "Bien... El otro día Lucy envió un cable desde Boston, quería verme en la salida de autobuses de Oakland. Tú sabes lo inevitable que es, para mí, caer en las telarañas seductoras de Lucy; pero el punto es que accedí a reunirme con ella. Bueno, llegó ese día, y como recordarás, salí temprano para tomar el Trole que me llevara lo más rápido posible desde Berkeley a Oakland, sin pasar por el centro de la ciudad. A eso de las 3 llegué a la terminal de transporte en dicha ciudad, y vi a Lucy conversando animosamente con el chofer de una de las máquinas. Me acerqué, pero no alcancé a pronunciar palabra alguna, ya que Lucy estaba besuqueándose de lo lindo con el maquinista." -Rod hizo una mueca de disgusto y carraspeó, sin despegar la vista de Hunter- "Me vine a Berkeley en cuanto acabé con ese tipo, y..." -Thomas interrumpió- "¿¡Lo golpeaste?!" -Rod asintió y le dedicó una mirada furiosa. Thomas calló.- "Como iba diciendo, cuando terminé con él, y luego de gritarle un par de cosas a mi querida Lucy, vine a Oakland hecho una furia, que fue lo que finalmente me llevó a la apresurada decisión de tirarme del muelle. Además... Me encontré con mi padre en donde la carretera de Berkeley se cruza con el centro de Oakland. Lo mismo de siempre... ya sabes". -No era secreto que Rod y su padre no se llevaban bien, y cada vez que tenían la oportunidad, terminaban trenzados a golpes y puteandose mutuamente. Thomas jugó con la lata fría que tenía en las manos, cabizbajo y mudo, hasta que rompió el silencio- "Pensé que habías muerto. Hunter te extrañó". -Rod sonrió y acarició la mano de su amigo con la suya- "Yo también pensé que moriría. Pero a último minuto sentí que estaba cometiendo un error. Me escondí debajo de los maderos del muelle, y caminé hasta Lincon Park. He estado ahí durante los últimos días, con un grupo de Punks que me recibieron muy bien. Volví aquí, porque los extrañé, y porque necesitaba un par de latas de lubricante. Ya me sentía tieso". -Hunter lamió la mano de su amo, y reposó la cabeza sobre ella. Rod le acarició la cabeza con la mano que tenía libre. Cerró los ojos y suspiró. -"Y los extrañaba..." -Thomas palmoteó el hombro de Rod, y le sonrió con un cariño fraternal inconfundible. "Nos alegra tenerte otra vez en casa, Tyler".

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Lina M.

Tyler "Rod" Row, Hunter y Thomas son 100% creaciones mías, por lo tanto, ME PERTENECEN EN SU TOTALIDAD. :)

Hoy quería escribir algo sobre Rod, porque es uno de mis personajes favoritos, creo que es el mejor que he creado, y la historia se escribe sola. Además lo necesitaba para un trabajo de Lenguaje, que con esto ya doy por terminado. Gracias por leer.